Muchas veces, cuando dejo que mi mente decida tomarse unas vacaciones a cualquier lugar lejano de este mundo, me encuentro casi siempre con los mismos interrogantes.
Pero… antes de continuar con este viaje, les sugiero respirar profundo y pensarlo dos veces. Ni bien pasen estas líneas, van a entrar en un camino que no tiene salida, o sí, pero eso únicamente si me pueden alcanzar.
Bueno queridos hombres, lectores de este espacio… creo haberlos visto en esas vacaciones que mencioné antes. Sí, y con la misma cara que yo…
En fin, aconsejo nuevamente, esta vez a las mujeres, a que se retiren.
¿Ya está?
Muy bien, ahora que están todas seguramente leyendo con más interés que antes, prosigo…
Y sí, pequeños grandes seres de este mundo, nosotros también pensamos en ustedes.
Ojo, "pensamos" es una forma de decir… más bien, intentamos, siempre sin éxito, encontrar una respuesta a la eterna pregunta… ¿Cómo es que funcionan? ¿Acaso Dios, que nos hizo a su imagen y semejanza, se olvidó de entregarnos alguna especie de manual? ¿Cómo nuestros padres… esos héroes de nuestra infancia, esas personas tan inteligentes, se olvidaron de decirnos que una sola noche de Sábado, puede arruinar con muchísima eficacia gran parte de nuestras vidas?
¿Fue acaso por venganza…? ¿O es simplemente que así funcionan las cosas? Digo… se te cae el pelo, empezás a sentir que un nene de 6 años tiene mucha más agilidad que vos, e increíblemente, si los ves en una plaza, a veces te invade ese sentimiento de sana envidia… "ya te vas a volver viejo, maldito infante con tus saltos y volteretas…!" ¿Dije sana, no?
Perdón… Tiendo irreversiblemente a irme por las ramas. Estaba justo hablando de nuestros padres, esos señores majestuosos, que a medida que van dejándose alcanzar por nosotros en madurez, van perdiendo también el traje de Superman, para convertirse en alguna caricatura extraviada y divertida…
Es que si lo vemos desde otro punto de vista, quizás el hecho de no advertirnos, con palabras, contra quienes nos enfrentamos, sea porque ya lo están haciendo en la vida cotidiana… Quizás esos "si mi amor", sean algo así como un "¡Cuidáte hijo mío, no te transformes en esto!"
Lo peor de todo, es que muchas veces, ese cambio, esa metamorfosis, se va dando tan sutilmente, que parece imperceptible… obviamente ante nuestros cegados ojos… el resto de la humanidad puede ver el látigo azotando nuestras espaldas. Pero así y todo, es un dolor soportable, e incluso, agradable. ¿Será que no soportamos el dolor del parto, y en compensación, esto es lo que nos depara la existencia?
Y créanme, he visto de todo en la viña del señor… y todo, o casi todo, termina invariablemente en lo mismo, el mismo final, las mismas marcas en el lomo, o en el cuello, dependiendo del uso del látigo ya mencionado, o un collar con cadena. Lo que cambia, y le da las variables a este juego (que no sabemos jugar, lo vuelvo a repetir), es la rapidez con la que tiramos el rey y abandonamos el partido. Algunos se dejan caer al precipicio dando solitos el paso adelante, con la cara sonriente y saludando con la manito, como diciendo "
chauuuuu, mira donde me tiroooo", mientras su rostro se va iluminando con las llamas del infierno; y otros, se jactan de tener controlada la situación, de ser los amos del universo, de salir por ahí y juguetear con el destino, hasta que inevitablemente, éste nos abofetea en la cara, y sin ningún tipo de cuidados, arranca sin piedad nuestros testículos, para llevárselos allá arriba, donde los veamos, pero no podamos alcanzarlos… haciéndonos creer que aún los tenemos… que cruel mentira.
Tristemente, mis estimados amigos, debo decirles que todo esto ya está escrito… que el cuentito de Adán y Eva, y de que el hombre fue el primero en crearse y que la mujer se hizo para complacerlo, fue redactado por alguien que, en los ratos libres después de limpiar o lavar los platos, descargaba todas sus frustraciones… je, que ironía… serán miles de años de diferencia, pero viéndome sentado aquí, creo que entiendo a ese pobre hombre… pero no pudo evitar mencionar que fue Eva la que convenció a Adán de tragarse la maldita única fruta que estaba prohibida… ¿Se pusieron a pensar en el mensaje oculto de eso? ¿De lo que realmente nos quiso advertir? No, no amigos… si estaban pensando en que "desde el primer momento el hombre fue un pecador, y por eso debemos pasar esta vida condenados a las tentaciones, las cuáles debemos evitar, para ingresar al paraíso eterno" están muy equivocados… El verdadero mensaje fue "Y estaba Adán, rascándose a dos manos; recostado en la verde pradera y acariciado por una suave brisa, mientras miraba a los ciervitos correr por las llanuras, cuando vino Eva a romperle los esquemas, incapaz de verlo tirado sin hacer nada, siendo feliz sólo, dejándose crecer la panza. No, con algo lo tenía que molestar…
Eva: - ¿Hola Adi, que hacés?
Adán: - Nada, acá al pedo, vos?
Eva: - Aburridaaaa… ¿No querés que hagamos algo?
Adán: - ¿Ahora? No tengo ganas, vení, sentate conmigo acá…
Eva: - Dale, hagamos algo, es un embole estar así todo el día…
Adán: - Dejame descansar un rato Eva, ¿no ves que estoy bien así?
Eva: - ¿Descansar de qué? ¡Sino hacés nada…! ¡Estás todo el día pelotudeando con los caballitos esos… me vas a decir que estás cansado! ¡Yo estoy harta de estar así… no puedo seguir acá sin hacer nada, mientras vos no movés un pelo!
Adán: - ¿Vos te pensás que la comida que te metés todos los días a la boca viene volando sola? ¿O vos creés que es fácil andar tratando de agarrar todos los días algún bicho para que vos, que estás acá cómoda esperando, lo metas al fuego, que encima lo tengo que hacer yo, con la leña que tengo que conseguir yo, porque según vos sos débil y ese no es trabajo de mujer…? ¡Dejame de joder un rato Eva!
Eva: (comienzan a caerle lágrimas) - ¡Vos no me entendés! ¡Yo paso todo el día esperándote… me desvivo por vos, para que no te falte nada… estoy acá todo el día limpiando porque si fuese por vos, viviríamos en la mugre, y vos a eso no lo ves… para vos no es un trabajo! ¡Siempre me tratás mal! ¡Ya estoy podrida! ¡Yo lo único que te pedí es que hiciéramos algo, como pareja, juntos!
En este momento Adán, debió ser advertido por el Creador, del terrible efecto que esas lágrimas causan en los hombres… de que es un arma muy peligrosa, casi como una falda cortita, y un buen escote… Pero claro, ¿cómo iba a entender Adán eso, si él nunca había llorado, ni había sentido necesidad de hacerlo? Las lágrimas en los hombres significan dolor (físico), alegría (un gol a los 89 minutos del segundo tiempo), ó, paradójicamente, el dolor (horriblemente agudo) de sufrir por amor, pero eso es otra cosa y no viene al caso… o sí, y se potencia con alcohol.
Adán: - Mirá mi amor, perdoname, es que a veces necesito estar sólo, necesito tener mi espacio, estar en paz… ¿me entendés? (aquí el cambio en el tono de voz roza lo gay)
Decime lo que tengas ganas de hacer y lo hacemos, sí? (dando besitos cargados de culpa e inexplicablemente, de un terrible y raro sentimiento de estar perdiendo alguna especie de guerra)
Eva: (ya sin rastros de lágrima alguna en la cara) – No sé… hoy estaba redecorando acá y miré el arbolito ese que vos decís que no se debe tocar… y pensaba que estaría muy bueno hacer una tarta con esas frutas, ¿No te parece? (con cara del gatito de Shrek)
Adán: - ¿Estás loca vos? ¿¡El Señor me dijo que lo único que no debíamos comer era eso y vos querés ir justamente ahí!? Teniendo todo, ¡TODO!, ¿de eso querés hacer la tarta?
Eva: (lágrimas de nuevo) – ¿Ves? ¡Siempre lo mismo con vos! ¡No se puede decirte nada que ya estás negándote! ¡Al final la vívora tenía razón!
Adán: - ¿Qué te dijo esa víbora de mierda? ¿Qué tenés que andar contándoles nuestras cosas a los demás?
Eva: - ¡Es mi amiga y es la única que me escucha! ¡No te metas con mis amigas! ¡Vos lo único que querés de mí es sexo, y alguien que te limpie las cosas, pero yo no lo voy a permitir… olvidate de mí!
Adán: (suspirando resignado, mientras veía esfumarse lentamente su orgullo) – Pero no mi amor… mirá, si te pone bien comer esa fruta, vamos… Hagamos lo que vos quieras…"
En fin… si hubiésemos aprendido esto en las clases de catequesis… pero no… y así y todo, les debo confesar, que admiro a las mujeres… Admiro ese halo de misterio que las envuelve, esa forma de ser, decididamente dirigida a la procreación y perpetuación de nuestra especie… Esa capacidad de transformar lo que antes era una cualidad, en un posterior defecto… Si antes éramos graciosos, después, inmaduros… Si antes éramos libres, después, vagos… Si antes decíamos lo que pensábamos, después, somos bocones… y la lista es eterna… pero, que alguien se atreva a decir lo contrario… ¿Qué sería de nosotros sin las mujeres…? ¿Alguien me puede decir que haríamos en un mundo lleno de hombres? ¡Es inimaginable! O da asco imaginárselo… ¿Qué haríamos sin alguien que nos recuerde que dentro de dos semanas alguno de nuestros amigos cumple años? Si, si… está bien… ahora a eso lo hacen los teléfonos, pero no están entendiendo la idea… ¿Qué haríamos sin alguien que nos lave, nos planche, nos cocine, nos cuide cuando estamos enfermos? Les recuerdo que nuestras madres también son mujeres… Y sí, ya sé que hay lavarropas, casas de comidas rápidas, tintorerías y demás… pero… ¿Qué haríamos… que sería de nosotros en un mundo sin tetas, tangas y cinturas? ¿Para qué vivir? No hay un paisaje más bello que una mujer alejándose desnuda… Porque así son, un lindo enigma a descifrar, un gran acertijo del que nunca tuvimos, ni vamos a tener la respuesta… y quizás, sea mejor así… y quizás, el mundo funcione mejor así…
Ahhh, pero nada como ir a cagarte a patadas en un buen partidito de fútbol, haciéndote el Maradona, con las pocas articulaciones intactas que van quedando… Nada como juntarte con tus otros amigos hombres, condenados al mismo destino (salvo que sean gays), y reírte hasta llorar…
Ojo, eso sí… llorar no es de machos.
A todos los hombres y mujeres encontrados y desencontrados de la vida… No busquen más las respuestas… no las hay.
Fuente: http://ladichayladesdicha.blogspot.com/