1. Viaja al futuro
(esto ha de ser mentalmente.. ya que se han agotado los concentradores
de fluzo...) y, desde allí, pregúntate si a lo que te enfrentas es algo
tan importante como ahora te parece. Este ejercicio puede ser un poco
morboso, pero funciona a la perfección. Imagínate a ti mismo en tu lecho
de muerte, haciendo recuento de lo que ha sido tu vida. Te rodean tu
familia y amigos (Y puede que hasta la mujer/hombre de tu vida). Estás
revisando los momentos mas significativos de tu existencia. ¿Realmente
crees que a lo que ahora haces frente va a aparecer en ese repaso? Eso
es altamente improbable. Viendo las cosas con la perspectiva adecuada
nos damos cuenta de la importancia que realmente tienen. Al ponerlas en
su sitio, el miedo -el respeto- que nos da, desaparece.
2. Si
estás asustado porque vas a hacer algo por primera vez… sencillo !
imagina que ya lo has hecho en el pasado! (si.. esto tb es
mentalmente!!!) Cierra tus ojos, e imagínate entonces a ti mismo (mas
joven, mas majo..), y de la forma mas realista posible (pon tus cinco
sentidos en ello), culminando con éxito lo que ahora vas a hacer por
primera vez. La mente realmente no sabe diferenciar entre algo imaginado
con mucho detalle, de algo real. Lo confunde. Habrás superado el miedo a
la primera vez.
3. Ante el primer síntoma de desconfianza,
pregúntate a ti mismo, “¿Qué es lo peor que me podría pasar?”. Muy a
menudo otorgamos excesiva importancia a los potenciales problemas que
pueden surgir si intentamos algo. ¿Porqué no usar toda nuestra energía
en lograr nuestras metas, en lugar de gastarlas preocupándonos de lo que
podría ocurrir? Actúa sin miedo ! Minimiza riesgos, vale, pero que el
miedo no te detenga.
4. Anula a la molesta y negativa vocecilla
interna que te dicta como actuar. Ese pepito grillo puede detener a
cualquiera. Para desarmarlo imagina el mando a distancia de tu tele… y
simplemente baja el sonido a 0… pulsa el mute. O… ¿porque no tratas de
cambiar esa voz por la de ummm.. La duquesa de la Calzada (del programa
Anda ya)? ¿De verdad, podrías imaginarte seriamente a la Duquesa de la
Calzada diciéndote lo que tienes que hacer y criticándote?. El truco
para desmontarla es alterar la forma en la que te afecta. Si es tu
propia voz la que te insta a detenerte, lo consigue. Si es una voz
chistosa, te hará reír y continuarás adelante.
5. Piensa en el “como sería si…”.
Este truco es realmente bueno. Ante una situación concreta, ¿Si
tuvieras confianza, como actuarías? ¿como te moverías? ¿como hablarías?
¿en que pensarías? ¿que cosas te dirías a ti mismo? Preguntándote estas
cuestiones, estas, literalmente, forzándote a imaginarte en un estado de
confianza… ya lo único que tienes que hacer es “actuar” en función a
las respuestas que des. Poco a poco irás olvidando que estás actuando, y
se convertirá en un hábito automático.
6. Encuentra a alguien
que ya demuestra confianza en ese área, e imítalo. Toma como modelo su
comportamiento, su actitud, sus valores, sus creencias… y aplícalo, de
la forma que puedas, en el contexto que tú necesitas. ¿Cómo hacer esto?
Si tienes la posibilidad habla con él, y si no, pues trata de acercarte,
y de observarlo lo más que puedas. Aprende de él.
7. Recuerda:
pierdes el 100% de las oportunidades que no intentas. Para conseguir lo
que quieres, debes actuar. A veces lo que nos inmoviliza es el pensar
que vamos a molestar… que estamos en un entorno hostil. Por ejemplo,
necesitamos preguntar por algo, pero preferimos no hacerlo y dejarlo
pasar. Cambia el chip. Debes creer que la gente realmente está ansiosa
por ayudarte. Puede que esto no sea del todo cierto en el Mundo Real…
pero tener esta mentalidad es algo muy útil. Si no lo consigues a la
primera, pregunta a cuantas personas sean necesarias para obtener lo que
buscas. Al final casi siempre lo conseguirás. De hecho la mayoría de la
gente está encantada en poder ayudar a otros. Extrapólalo a otros
ámbitos: cree ciegamente que te mueves en un entorno amistoso.
Categories:
Publicar un comentario